Tras muchos años de proyectos deportivos nefastos, de entrenadores de medio pelo, de jugadores de equipos de media tabla y de indirigentes en el palco (aunque esto último parece que no va a cambiar) el equipo retorna a las sendas europeas que nunca debió dejar.
El partido de ayer fue bastante calamitoso y reflejó lo que ha sido la temporada: tirar de la magia del Kun y Forlán acompañados de vez en cuando por Maxi, de vez en cuando por Simao, de vez en cuando por Raúl García, aunque ayer fue el capitán el que hizo la jugada del gol que nos devuelve la sinfonía de champions al Calderón.
¿Qué toca ahora? Si hubiese sentido común, se ficharía un entrenador al que no le venga grande el equipo ni la exigencia que viene ahora, y se apuntalaría el equipo con cinco jugadores contrastados. Pero si el cambio es por Quique Flores, por mucho que me pese, me quedaba con Aguirre, que al menos, conoce la plantilla.
Proximamente tocarán semanas de rumores de fichajes, posibles altas, posibles bajas...y esperar cual es el rival que nos tocará en la ronda previa, que no es menos importante.
Pero ahora es el momento de paladear lo conseguido. No como para ir a Neptuno, aunque los dos mil fieles que ayer se congregaron allí me hagan esbozar una sonrisa, pero si para cuanto menos desquitarnos de tantos años de sinsabores y pensar plácidamente qué cosas corregir para mejorar el engranaje de un equipo que aún incompleto, tiene bastantes cosas buenas.
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